UN RECIENTE CASO DE APELACIÓN DE NEVADA CONFIRMA ESPECÍFICAMENTE LA VALIDEZ DEL FIDEICOMISO DE PROTECCIÓN DE ACTIVOS DE NEVADA
Klabacka v. Nelson, 133 Nev., Opinión anticipada 24 (Nev. 25 de mayo de 2017)
Desde 1999, la Ley Estatutaria de Nevada (Capítulo 166 de los Estatutos Revisados de Nevada, “Ley de Fideicomisos de Despilfarro de Nevada”) permite establecer su propio fideicomiso de despilfarrador (también conocido como Fideicomiso de Protección de Activos de Nevada, Fideicomiso de Protección de Activos Domésticos de Nevada, Fideicomiso de Protección Patrimonial de Nevada y otros nombres), diseñado para proteger los activos del fideicomiso de futuros acreedores judiciales y otros demandantes.
La Ley de Fideicomisos de Despilfarro de Nevada fue diseñada por la legislatura de Nevada para equilibrar cuidadosamente las disposiciones necesarias para una verdadera protección de los activos del fideicomiso contra un ataque externo, con la clara intención de permitir que la persona que crea el fideicomiso (tradicionalmente conocida como: “el Fideicomitente”, “el Otorgante” o “el Fideicomitente”) tenga el control tanto del fideicomiso como de los activos del mismo. Si bien el estatuto del Fideicomiso de Despilfarro de Nevada es una ley vinculante en Nevada que rige el establecimiento y la validez del Fideicomiso de Despilfarro Autoestablecido de Nevada (en adelante denominado “Fideicomiso de Protección de Activos de Nevada”), hasta hace poco no existía un precedente de jurisprudencia vinculante en Nevada que abordara una impugnación de un Fideicomiso de Protección de Activos de Nevada o la Ley del Fideicomiso de Despilfarro de Nevada. Ese vacío se llenó en mayo de 2017, cuando el tribunal de apelaciones de Nevada emitió una opinión en el caso de Klabacka v. Nelson.
“Hasta hace poco no existía ningún precedente jurisprudencial vinculante en Nevada que abordara una impugnación a un Fideicomiso de Protección de Activos de Nevada o a la Ley de Fideicomisos de Despilfarro de Nevada”.
Si bien el caso Klabacka aborda diversas cuestiones, la cuestión crucial para quienes no eran las partes en ese caso específico era si el Fideicomiso de Protección de Activos de Nevada, establecido por el esposo, estaba protegido de su obligación personal de pagar la manutención infantil y la pensión alimenticia. Sobre estas cuestiones, el Tribunal sostuvo que el Tribunal de Distrito había cometido un error al imponer las obligaciones de manutención infantil y pensión alimenticia contra el Fideicomiso de Protección de Activos de Nevada del esposo, además de contra él personalmente. Si bien este es el punto principal del caso, el Tribunal abordó otras cuestiones muy importantes y emitió su opinión al respecto. Algunos de estos puntos son los siguientes:
“El incumplimiento de las formalidades fiduciarias de un SSST válidamente constituido no invalida un fideicomiso de derroche; más bien, genera responsabilidad para el/los fideicomisario(s) por dicho incumplimiento. De hecho, si, después de constituirse válidamente un SSST, un fideicomisario incumple las formalidades fiduciarias, la solución adecuada es una demanda civil contra él, no la invalidación del fideicomiso en sí” (en referencia a NRS 163.115). (“SSST” es la abreviatura de Fideicomiso de Derroche Autoestablecido).
Curiosamente, el tribunal también sostuvo que fue un error que el tribunal de distrito permitiera pruebas verbales (evidencia externa al propio documento del fideicomiso) para determinar la intención de los fideicomitentes con respecto a los respectivos fideicomisos (esto servirá como base legal para establecer que las pruebas verbales deben excluirse si se intenta presentar para demostrar que el fideicomitente pretendía “obstaculizar, retrasar o defraudar” a un acreedor).
Además, cabe destacar que el caso Klabacka se dio en una situación en la que los fideicomitentes eran sus propios fideicomisarios y cada uno de sus fideicomisos contaba con un fideicomisario de distribución externo, lo que refuerza la configuración que la ley siempre ha previsto específicamente (durante años, algunos abogados y otros han seguido afirmando que el fideicomiso debe tener un fideicomisario independiente, distinto del fideicomitente; creo que el tribunal de apelaciones de Nevada ha resuelto esa cuestión).
En definitiva, el caso Klabacka sentará un precedente legal muy sólido para el Fideicomiso de Protección de Activos de Nevada.